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Vivir en Okazaki

La ciudad de Okazaki es una mezcla de lo nuevo y lo viejo, lo histórico y lo contemporaneo, rural y urbano. Aunque es una ciudad moderna con industria tecnológica y de fabricación avanzada así como prestigiosos institutos de investigación, Okazaki goza de una larga y rica historia que ha preservado sus tradiciones y su caracter a pesar de su proximidad con Nagoya, ciudad que ha experimentado un crecimiento acelerado durante los últimos 20 años.

Construido inicialmente en el 1455, el castillo de Okazaki es el centro de la ciudad. Lugar de nacimiento de Tokugawa Ieyasu y asentamiento de los señores feudales del área de Mikawa durante la época Edo, el castillo de Okazaki y sus jardines, actualmente conocido como el Parque de Okazaki, da cobijo a varios festivales culturales de Okazaki como por ejemplo el Ieyasu Gyoretsu (abril), el Festival Wisteria (mayo) y el Festival de Fuegos Artificiales (agosto).

Okazaki fue también un enclave estratégico importante al estar situada en el trazado que unía Tokyo y Kyoto. A pesar de que actualmente el trazado se ha sustituido por autopistas y líneas de tren para los factorías de la zona, los productos tradicionales de Okazaki como la Hatcho Miso (famosa pasta de judía fermentada y sazonada), la escultura, los fuegos de artificio (las empresas de Okazaki todavía dominan la industria de fuegos de artificio de Japón) y muchas otros comercios relacionados con el arte y la artesanía todavía forman parte fundamental de la economía local.

La provincia de Okazaki cubre 387 kilómetros cuadrados, e incluye grandes extensiones boscosas en las colinas situadas al este. Aun en las zonas más urbanizadas de la ciudad, la densidad de población media es considerablemente baja para la media japonesa, con muchos parques y infraestructuras de recreo, alquiler asequible y un ritmo relajado.